EL PALACIO AZUL DE LOS INGENIEROS BELGAS

Casi podría decir, al leer esta novela,  que ya me la habían contado antes. 

Tantas veces he oído en casa hablar del año 34 en Asturias, en San Esteban de Pravia, del buque Turquesa (operación Turquesa según mi abuelo). Mi bisabuelo era ferroviario, revolucionario, dinamitero!!! yo lo conocí.

Una Asturias de diferencias, pero igualmente mágica para todos, la Asturias verde de las chimeneas, del agua y las presas. 

El abuelo de Nalo, se empeñaba en construir un salto de agua convencido de que con la luz llegaría la única revolución posible: el progreso. Para mi la presa del abuelo Cosme será la presa del Dobra, porque era la presa de mi abuelo; sé que no es la misma, pero:  ¿porqué no?, si yo también he tenido un abuelo constructor de presas.

Nalo,  despertando a la vida multiplicando momentos, un buen mozo que crece, entre dos mundos,  dejándose querer por ambos, dejándose enseñar, aprovechando cada acontecimiento para descubrir algo nuevo, del amor, del sexo, de la jardinería, de las ideas, de la vida. Que no abandona su sueño de diseñar en El Palacio Azul de los Ingenieros Belgas los jardines de Versalles y que es capaz de asumir los dolores y experiencias de sus seres más cercanos.

Un Macondo-Astur en el que la mujeres alivian sus tragedias leyendo poesía, haciendo rosquillas de anís o comiéndose la tierra de los geranios.

Y parte de una canción, (ésta por el otro abuelo):

Si yo fuera picador, 
cantaba un guaje en la mina,
si yo fuera picador
a mi amor le compraría
collar de rojos corales,
engarzao en plata fina
......................
pero el cantar se quebró
como el junco en la ventisca
................................
cuatro mineros lo llevan
a cuestas por la colina
cuatrocientos le dan guardia
con lámparas encendidas
y al pasar por la quintana
donde su amor florecía
la moza dice el cantar
con voz de lágrima viva
no me pudiste comprar
collar de rojos corales
pero pondré el que me hiciste
con las gotas de tu sangre


Las rosquillas de anís de la abuela Angustias se quedan para otra entrada.