¡¡¡¡gracias!!!!

domingo, 29 de septiembre de 2013

MERMELADA DE CIRUELAS CLAUDIAS

Tiempo de cosecha y conservas. Otoño: recogida en las despensas para pasar el invierno. Tiempo de mermeladas.
La de ciruela claudia es un clásico.

2Kg de ciruelas claudias, (tras quitar los huesos se quedaron en aprox 1.700)
Yo utilicé unos 600 gr de azúcar y quedó dulce de sobra, las ciruelas estaban bien maduras y las claudias son muy dulces.
Una cucharada de azúcar vainillado, (opcional).
Media manzana reineta

Lavamos las ciruelas y les quitamos el hueso, la ponemos en una cazuela junto con la media manzana lavada y con piel y las cubrimos con los azúcares.
Ponemos al fuego, (medio) y removemos frecuentemente. El tiempo no lo miré; yo voy tomando cucharaditas y las dejo entibiar sobre un plato, cuando se desliza lentamente ya tiene el punto.
Retiramos la manzana y pasamos por la batidora. 
A los botes limpios, (lavavajillas potencia máxima), tapamos y dejamos enfriar boca abajo. Yo los pongo después al baño maría 20'.


Y lo dicho, las mermeladas caseras tienen sólo un problema: están demasiado buenas!

sábado, 14 de septiembre de 2013

LA DAMA DE BLANCO

A un paso del comienzo del curso, una recomendación lectora.

 Una de las lecturas más interesantes que han pasado por mis manos este verano ha sido este  clásico del siglo xix “La dama de blanco”, de Wilkie Collins (1824-1889); uno de los autores fundamentales de la literatura victoriana.
               
                En La dama de blanco se nos relata la historia del profesor de dibujo Walter Hartright, que un buen día, se traslada al pueblo de Limmeridge para dar clases a Laura, joven heredera de una gran fortuna. Enseguida, alumna y profesor se enamoran, a pesar del compromiso de Laura con sir Percival Glyde. De camino a Limmeridge, Walter se topará con una misteriosa dama vestida de blanco que despertará su curiosidad. Sin embargo, no todo va a resultar tan fácil como parecía en un principio y la figura de la dama de blanco estará muy presente en  el desarrollo de las vidas de los personajes.
               
                Lo que empezó siendo un juego suscitado por la curiosidad, acabará convirtiéndose en algo mucho más profundo. Un gran misterio, que nuestro protagonista, Walter, tendrá que desentrañar.

                Todo cuanto ocurre en la historia va acompañado de la figura de la dama de blanco, el aura de misterio  que la acompaña y  envuelve  la novela de principio a fin.
               
                A pesar de tener unos protagonistas claros, en el libro nos encontramos con los testimonios de personajes secundarios que, a veces, pondrán al lector sobre la pista correcta…o la equivocada. Y es que en Limmeridge nada es lo que parece, y el más bondadoso de sus habitantes puede tornarse en el peor de los enemigos cuando menos te lo esperes.

                Lo mejor de los libros de misterio es la incertidumbre a la que te someten,  estás leyendo y tienes que seguir hasta saber qué pasa. Pues bien, esto mismo me pasó a mí con La dama de blanco. La intriga, el misterio, las mentiras y las falsas apariencias, constituyen los ingredientes fundamentales de la novela.
               
                Hablemos ahora de los personajes. A mí los que mas me han gustado han sido Marian, hermana de Laura, el conde Fosco, un misterioso y taimado amigo de Sir Percival y, como no, la misteriosa  dama de blanco.

                He de decir, que, como en todo buen libro, la cosa se pone más interesante al final. Así que os animo a leerlo y a que no os echéis atrás por su número de páginas porque, verdaderamente merece la pena.


                Con un final fantástico y cerrado, ese clima de engaños y subterfugios de la obra, unos personajes bien perfilados, un entorno inglés frío y enigmático, los sentimientos de los personajes y la dama de blanco de por medio, esta novela ha sido uno de los mayores aciertos lectores.

Buena lectura recomendada por una buena amiga; (que lo sepas: nos ha gustado a las dos;)



                

martes, 3 de septiembre de 2013

PATCHWORK SCRAPPY IDEA!



Cuando me sobran recortes de tela los voy uniendo, si orden ni concierto. Así  me junté con estos bloques; hacía falta un mantel para esta mesita. Ahí está, luciéndose al aire libre.
Alegre resultado!


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