En bicicleta, a primera hora de la mañana, da gusto incluso ir a trabajar; un paseo en bicicleta te alegra el día.
Suben los combustibles, aumenta la contaminación, cada vez hay más ruido en las ciudades, ¡hay que pagar por aparcar!...¿a qué esperamos para coger la bicicleta?.
Ya lo sé, da un poco de miedo, los coches se espantan y los peatones también, pero eso es porque no estamos acostumbrados.
Es verdad, cuando llueve o nieva da pereza, pero eso no es excusa, más llueve en Holanda, Bélgica, por no hablar de Estocolmo!.
Las bicicletas son como los libros, puedes viajar con ambos sin consumir otra energía que la tuya propia, ya lo decía el Señor Miguel Delibes en "La vida sobre ruedas" , un especie de autobiografía del autor contada desde el sillín de su bicicleta, fantástica lectura para chicos y grandes; para los primeros una manera buenísima de descubrir al autor y quedar enganchados a su forma de contar las cosas, y para ambos una lectura altamente recomendable por su sentido del humor, su sencillez y la capacidad con la que Delibes nos hace disfrutar de la melancolía.
Así que, animada e influenciada por las que viven más al Norte, he decidido alegrar mi bicicleta:
¿Qué os parece mi sillín?
¡FELICES PEDALADAS!
